Un euro y veinte céntimos

Una tía mía ha escrito un libro. Ha trabajado mucho para condensar la experiencia de varias décadas enseñando música a niños y mayores. Pensar, explicar, escribir, pedir ayuda, corregir...

Lo ha publicado en una editorial. Una de las tradicionales, de libros en papel. ¿Y sabéis cuánto va a ganar por cada libro que se venda? Un euro y veinte céntimos. Sí, lo que vale un café (uno de verdad, no el café de Zapatero).

Para ella lo importante era llegar a donde ha llegado: escribir el libro. Si se vende o no, no es su objetivo. Pero para aquellos que tienen como objetivo vender sus libros, se abre una nueva época, aunque la industria editorial aún no se da cuenta. Si de verdad quisieran vender libros en vez de vender papel, se plantearían otras posibilidades. En este caso podría ser vender copias electrónicas a tres euros y noventa y nueve céntimos. La mitad para mí, la mitad para ti.

Venderían más y todos ganarían más. Excepto el transportista. Pero... ¿qué queremos? ¿transportar papel o transportar conocimiento? La industria musical se quedó en vendedora de CDs y perdió la oportunidad de ser vendedora de música. Steve Jobs lo vio y creó iTunes. ¿Los editores lo verán?