Robertemas

19.10.07

¡El emperador está desnudo!

Me encanta el cuento del Traje Nuevo del Emperador. Ese en el que el Emperador le pide al mejor sastre de su Imperio un traje muy especial, algo inigualable. Si no lo consigue, lo matará. Y el sastre, que tiene miedo de no poder cumplir con sus expectativas, pero que es muy listo, decide engañarlo: acude al Emperador simulando tener un traje entre sus manos y cantándole todas sus virtudes:
¿No lo veis, majestad? Es el mejor traje que nunca se haya podido hacer ¡Inigualable! ¿Os gusta el dibujo de la tela? ¿Y este detalle? Mirad, tocad, qué cosa más preciosa. Oledlo, si es que hasta huele bien esta maravillosa seda.

El Emperador, aunque no ve nada, no quiere ser tomado por un torpe. Así que le felicita a su sastre, y va orgulloso mostrando su inexistente traje a toda su corte. Del mismo modo, los cortesanos, temiendo también parecer torpes, le alaban por su buen gusto y le dicen que le queda estupendamente.

Lo mismo ocurre cuando presenta su traje ante su pueblo entero: todos, temiendo ser criticados, simulan ver el traje. Hasta que un niño se atreve a gritar:

¡Pero si está desnudo! ¡El emperador está desnudo!

Acabo de leer un artículo de opinión sobre la idea de que es imposible en un trabajo intelectual rendir durante las 8 horas de una jornada.

Yo creo que todo el mundo está de acuerdo que, en una jornada más o menos continua de 8 horas en un trabajo intelectual, el tiempo de verdadero trabajo efectivo es mucho menor. Y, sin embargo, todas las empresas siguen manteniendo los horarios de oficinas. De 9 a 18h con un ratito para comer. Todos tienen que fichar. En estos tiempos que medimos tanto la productividad ¿de verdad es esa manera de organizarse la más productiva para una empresa? ¿se atreve alguien a decir que el emperador está desnudo y que con esos horarios no vamos a ser tan productivos como si trabajásemos de otra manera más libre, pero mejor adaptada a los ritmos mentales?