Si quieres a los mejores, trátalos bien
Porque cuando contratas a la gente por su inteligencia, no por ser meros brazos ejecutores de unas órdenes, debes tener en cuenta que no les estás haciendo un favor por darles trabajo. Ponen su inteligencia a cambio de una recompensa. Y más te vale que trates bien esa inteligencia.
Las personas somos únicas; nuestras motivaciones, también. Y esos pequeños alicientes que necesitamos para darnos un empujón moral, también son únicos.
Unos necesitan un horario flexible; otros necesitan tener siempre el último modelo de móvil; otros, poder aparcar en un lugar reservado; otros, poder ir vestidos diferentes de los demás sin que nadie les mire mal.
Por eso, cuando alguien hace un esfuerzo extra durante un fin de semana y después su jefe le deniega un día libre porque "es que la normativa de fichajes no permite eso", no le está dando ese pequeño aliciente que necesita. Limitarse a la normativa y tratar a todos igual es ignorar que se trata con personas. Y es de irresponsables negar ese incentivo que hará que ponga su inteligencia a tu servicio.
Claro, es difícil tratarnos como personas inteligentes y saber dar a cada uno el incentivo único que necesita. Por eso las personas inteligentes eligen bien dónde trabajan. Una pista: no necesariamente en empresas que en su Informe de Responsabilidad Corporativa repiten cada año: "sólo contratamos a los mejores".
Etiquetas: gestión, motivación, organización
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