Nos encantan las etiquetas. Parece como si quisiéramos clasificar a los demás según unos pocos conceptos, generalmente de una palabra. Cuando hablamos de políticos, son "de izquierdas" o "de derechas". Dentro de un partido, los dividimos en "seguidores de Fulano" y "seguidores de Mengano". Sin medias tintas, cuando tengamos a uno de ellos delante, nos preguntaremos:
¿Este es de Fulano o de Mengano?
Así, uno u otro. De Fulano o de Mengano, la etiqueta roja o la verde. Sin posibilidad de que sus preferencias sean algo más complejas.
Los que estudiamos el BUP, tuvimos que elegir entre ciencias y letras. Y esas dos palabras nos han perseguido desde entonces. Mi Sensei, que se educó en otro país, se sorprendía cuando alguien le daba una respuesta del tipo
Huy, yo no sé cómo va eso, que soy de letras
"¿Cómo?" decía "¿qué clase de cultura tenéis? Encima parece que os mostréis orgullosos de ignorar parte de ella"
Y tenía mucha razón ¿Es que por haber estudiado una ingeniería puedo ser un burro y no necesito cuidar mi estilo al escribir? ¿tengo derecho a ignorar qué significa la palabra "oxímoron"? ¿Por haber elegido a los 18 años estudiar Filología Hispánica no tengo que esforzarme en entender cómo se calcula mi nómina y la retención del IRPF, porque se usan números?
Lo peor de todo es que en el fondo presumimos de ser ignorantes: decimos
huy, no, que soy de letras
que significa
no quiero hacer ningún esfuerzo en saber cómo funciona esto
cuando deberíamos decir
reconozco que no tengo ni idea de cómo funciona esto...
e incluso deberíamos añadir
...y me gustaría que alguien me lo explicase
Pero esto último es sólo para nota.
No olvidemos, además, que en su momento cada uno tuvo que elegir un tipo de estudio; cada uno teníamos nuestras motivaciones, pero pasados los años, estas pueden (y deben) cambiar. El hecho de que hace unos cuantos años elegí tomar un camino no debería implicar que lleve una etiqueta y que, además, sea permanente. Al revés, la variedad es lo que nos da riqueza. Unos conocimientos amplios nos hacen crecer mentalmente, nos enriquecen y nos ayudan incluso a ser más creativos: cuanto más sepamos, más recursos tendremos, más fuentes de ideas, más comparaciones podremos establecer que nos ayuden a mejorar lo existente. Bien saben, por ejemplo, los que diseñan aviones, que la naturaleza nos da muestras de estructuras que pueden (y suelen) ser aplicadas en la ingeniería aeronáutica. Ignorar el conocimiento que hay en otros campos es empobrecedor.
Postdata: en el mundo hay 10 tipos de personas: los que entienden binario y los que no. Si eres de letras, que un amigo de ciencias te explique el chiste.
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