Robertemas

9.3.11

No había más remedio

  • No había más remedio que convocar una huelga, porque si no nos privatizan.
  • No había más remedio que hacer una chapuza, porque el cliente quería tenerlo pronto
  • No había más remedio que hacerlo a mi manera, porque como lo propones tú no funcionaría
  • No había más remedio que retrasarlo, aunque prometimos entregarlo a tiempo
  • No había más remedio que gastar más, porque con el presupuesto acordado no se podía hacer
  • No había más remedio que...
  • No había más remedio que...
  • No había más remedio que...

Cuando decimos que no había más remedio, estamos pensando que había algo externo a nosotros y más fuerte que nos obligó a actuar así. Es cómodo, porque nos exime de responsabilidad. Yo quería, pero eso más fuerte que yo me obligó a hacerlo de otra manera. Y a la vez nos estamos disculpando; reconocemos que no se debía haber hecho, que estaba mal, pero... no había más remedio.

¿De verdad no había más remedio? ¿No será que en realidad no se te ocurrió ninguna manera de conseguirlo? Es incómodo reconocer eso. Lo cómodo es echarle la culpa a algo externo.

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