Bruselas ha dicho que...
Y no es verdad. Nadie ha dicho eso. Lo que ha dicho el Tribunal de Estrasburgo es que el código penal español que se aplicaba en el momento de la pena se debe interpretar de una manera. Y que las reducciones de la pena se aplican sobre el máximo de treinta años, no sobre la condena nominal que podrían ser cientos de años.
Esto es una consecuencia que nos hemos buscado nosotros. En su momento, ninguno de los gobiernos que hubo en los ochenta y noventa decidió cambiar el código penal. ¿Falta de valentía? ¿Complacencia? ¿pensaban que de verdad el sistema podría rehabilitar a los asesinos? Quién sabe. Pero hoy sufrimos las consecuencias. Hace muy poquito tiempo esto cambió.
Es muy fácil echarle la culpa a otro. Es muy fácil tomar una decisión si luego no tengo que pagar por ello.
Claro, si yo decido cruzar andando una autopista voy a sufrir las consecuencias en el mismo momento. Por eso la gente no suele cruzar las autopistas. Pero si decidimos no cambiar una ley, o decidimos tumbar todas las leyes de educación cada vez que hay un cambio de gobierno, no sufrimos las consecuencias en el mismo momento. Hasta que un día las consecuencias llegan. Salen asesinos de las cárceles, somos los más torpes en lectura y matemáticas.
Estamos sufriendo las consecuencias de nuestras propias decisiones. Es nuestra responsabilidad. No es la de un tribunal que está en Bruselas.