Robertemas

24.8.11

Indicadores alternativos

Hay muchos indicadores típicos para medir la actividad económica: Producto Interior Bruto, Tasa de Paro, Índice de Precios de Consumo, Tipos de cambio Euro-Dólar-Yen, los índices de las principales bolsas (Dow Jones, Dax Xetra, Ibex)... Según evolucionen, podemos hacernos una idea de cómo marcha la economía nacional o mundial.

Otros tienen nombres mucho menos serios. Miden magnitudes que en principio no lo parece, pero están relacionados con la actividad económica. Por ejemplo, el consumo de productos de belleza es mayor en tiempos de recesión: hay más entrevistas de trabajo, más intentos de parecer que todo marcha bien a pesar de las circunstancias. Son también indicadores. Indicadores alternativos. El índice Big Mac mide el precio de un Big Mac en diferentes lugares del mundo, y con ello se puede calcular si una divisa está sobrevalorada con respecto a otra. Aunque este índice ya ha dejado de ser alternativo y lo podemos considerar un índice serio.

Acabo de encontrar un indicador alternativo, y es muy preocupante: un anuncio de la radio que dice "compramos su plata". Sí, la plata. Antes te compraban el oro. Parece que ya nos hemos quedado sin oro que vender para obtener unos ingresos. Ahora ya nos compran hasta la plata de los recuerdos familiares.

Muy mal tiene que estar la cosa para que la gente tenga que vender su plata.

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22.8.11

Lección de mi sensei: lo que hagas, hazlo bien

Eran los tiempos de la burbuja punto com. Todo sucedía muy rápido. Aparecieron nuevas formas de comunicación. Todo lo nuevo era muy sexy. Se hablaba de móviles, comunicación digital, codecs, GPRS, megabits. Por eso nuestro producto, los teléfonos públicos en sus cabinas, con un canal de voz analógico y modem de pocos kilobits, era el hermanito pobre. El patito feo.

Nos sentíamos inferiores porque nuestro producto nos parecía inferior. Al fin y al cabo habíamos estudiado conceptos avanzados de telecomunicaciones para usarlos ¿no? Pero estábamos trabajando con tecnologías del pasado siglo.

Además, también podía uno perder el ánimo ¿Qué carrera laboral nos esperaba? ¿Podíamos aspirar a algo de relevancia en unos años? Estaba claro que nuestro producto iba a morir ¿Tenía sentido trabajar y esforzarse en ese campo?

Mi sensei me dejó claro que sí. Mi sensei provenía de la multinacional socia mayoritaria de nuestra división. Me contó que también formuló dudas parecidas cuando le propusieron el trabajo. Y le contestaron: "No importa en qué trabajes para que te consideremos. Lo que importa es que lo que hagas, lo hagas bien".

Le doy toda la razón. El producto no estaba de moda, no salía en los periódicos. Pero era un mercado maduro, donde no entraban nuevos competidores, y el margen de venta era mucho mayor que los mercados jóvenes donde todos aspiraban a ser algo y la guerra de precios era brutal. Hacía falta alguien que supiera mantener el barco en su rumbo. Alguien que mantuviera los ingresos (no se consiguió, pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión). Alguien que hiciera bien las cosas.

Mi sensei sigue teniendo un puesto de importancia en la multinacional. Cobrando mucho dinero. No salió en los periódicos, pero no hacía falta. Sólo tuvo que hacer las cosas bien.

Postdata con sonrisa: No sólo para los negocios, también para la vida. Si vas a hacer un "simpa", hazlo bien.

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20.8.11

Yo busco trabajo. Tú ofreces trabajo ¿hablamos?

Los que buscan trabajo no lo encuentran. Pero los que ofrecen trabajo tampoco encuentran trabajadores. ¿Qué ocurre? ¿Por qué no se encuentra esa oferta con esa demanda?

Me parece increíble que con la situación actual, siga ocurriendo esto. Pero ocurre, las empresas no encuentran lo que buscan. Si dijeran que los que encuentran piden demasiado dinero, el problema sería otro. Pero lo que dicen es así de sencillo: no los encuentran.

Otro problema sin solución aparente.

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18.8.11

Los problemas matrioshka

Leyendo un documento de trabajo me encontré una referencia a una norma industrial. No pude encontrar esa norma en el sistema de gestión documental de la empresa.

Así que abrí el navegador para descargarla de una web que conozco.

El navegador me avisa de que no puede verificar si la conexión es verdaderamente segura porque no tengo instalado un certificado raíz (lo tenía pero se borró al reinstalar el navegador hace unas semanas).

Podía decir "confirmar excepción de seguridad", como hace el 99% de los usuarios, aun sin saber con seguridad qué significa eso. Pero lo correcto es instalar el certificado.

Busco los certificados. Hace unos meses los descargué, pero hoy ya no están disponibles. Hay que instalar un programita que te los descarga.

Me instalo el programa. Me da la opción de instalar los certificados en el almacén general de Windows o en el específico de Firefox (que es el navegador que estoy usando).

No funciona la instalación en el almacén de Firefox. Así que tengo que instalarlos en el almacén de Windows y desde ahí exportarlos a archivos. En Firefox los importo desde esos archivos.

Por fin puedo acceder a la web y descargar la norma que quería.

Qué sucesión de problemas encadenados ¿verdad? Como las muñecas rusas (Matrioshkas - матрешка), que cada una tiene otra dentro, al ir a solucionar un problema te encuentras con otro adicional y acabas perdido en una espiral recursiva que te hace perder mucho tiempo y esfuerzo.

¿Qué solución hay para los problemas matrioshka?

Postdata: Me he esforzado por elegir la solución "segura". Pero cuanto más me informo, más veo que el modelo de certificados SSL es mucho menos seguro de lo que podría, debido a cómo se ha implementado. Hay 22 millones de certificados incorrectos y opiniones muy fundadas de que no tiene futuro.

Ilustración inspirada en las fotos de Cara Philips

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3.8.11

Azúcar, el ingrediente mágico

A los niños y a mí nos gustan mucho las pompas de jabón. Persiguiéndolas nos divertimos mucho, pero siempre nos despistamos y el bote recién comprado se derrama. Podemos comprar otro, no son caros, pero es frustrante tener que decir a los niños "no podemos jugar más por hoy". Y es frustrante intentar hacer jabón en casa y no conseguir esas maravillosas pompas.

Hala, echa más jabón de fregar. No. Pues echa más agua. Tampoco. No salen igual. Frustración.

Hasta que descubrí que me faltaba un ingrediente mágico: el azúcar. Echando azúcar a la mezcla, vuelven a salir unas pompas que duran mucho rato.

Es bonito descubrir que hay ingredientes mágicos que nos solucionan las cosas. Pero no intentemos obtener ingredientes mágicos para todo, pues no los hay. Si quieres reducir el colesterol, no tomes eso que anuncian en la tele. Tienes que comer mejor y hacer más ejercicio. Si quieres dormir bien, no tomes pastillas. Tienes que aprender a sobreponerte a aquello que te crea tensión. Si quieres memorizar mejor, no tomes nada. Ejercita tu mente todos los días.

Todo eso es difícil, claro. Es más cómodo buscar el ingrediente mágico.

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